- La industria minera depende en gran medida del agua
- Preservar la calidad y la cantidad del agua en la minería es fundamental para garantizar la continuidad de las operaciones
- La gestión sostenible del agua en la minería comienza cuando las empresas mineras eligen soluciones sostenibles para tratar el agua de las minas
Los recursos hídricos son esenciales para todas las actividades humanas. Desde las necesidades básicas de supervivencia hasta las industrias más avanzadas e innovadoras, la calidad y la cantidad de agua influyen en el bienestar de las personas, las empresas y las naciones por igual. Sin embargo, el agua dulce que cumple con los estándares de calidad exigidos por la sociedad humana sigue siendo limitada. Esta escasez hace que la gestión eficaz del agua sea crucial. En consecuencia, el sector minero, al igual que todas las demás industrias, tiene la responsabilidad de utilizar el agua de manera sostenible y responsable con el medio ambiente, dando prioridad a la gestión sostenible del agua y la protección del medio ambiente.
El papel del agua en la industria minera
El agua es fundamental para la rentabilidad de la industria minera, pero a menudo se utiliza y contamina en grandes cantidades cuando se gestiona de forma insostenible, lo que perjudica a las comunidades locales y al medio ambiente natural. Esto plantea importantes retos a las empresas mineras, que requieren una gestión sostenible del agua de las minas impulsada por necesidades económicas, medioambientales y sociales.
Un estudio del Carbon Development Project (CDP) de 2013, que representa 57 billones de dólares en activos, reveló que el 64 % de las empresas mineras se enfrentaron a consecuencias negativas relacionadas con el agua en los cinco años anteriores.
En las operaciones mineras, el agua se utiliza principalmente en tres procesos clave:
El procesamiento de minerales consume cantidades industriales de agua para la extracción, la molienda de los materiales extraídos, la inyección para la recuperación secundaria de petróleo o la extracción de gas no convencional (por ejemplo, la fracturación hidráulica) y otros procesos. El agua es esencial para la extracción de materiales como el carbón, el hierro, la arena, la grava, el petróleo crudo y el gas natural, así como para la refrigeración de la maquinaria, la separación centrífuga, el transporte de lodos y el procesamiento químico.
Los sistemas de control de polvo húmedo requieren grandes volúmenes de agua para suprimir el polvo en las fuentes o las partículas en suspensión, minimizando los riesgos para la salud y el impacto medioambiental durante el procesamiento de minerales, los vertederos de residuos y las vías de transporte.
El transporte es lo que más agua consume en muchas minas, ya que se utilizan tuberías de lodos acuosos para trasladar el mineral triturado a las plantas de procesamiento. Aunque consume mucha más agua que los camiones o los trenes, el transporte de lodos es más eficiente desde el punto de vista energético y más viable desde el punto de vista económico.
Gestión y uso del agua en las operaciones mineras
Las operaciones mineras clasifican el uso del agua en tres categorías: agua sin tratar, que proviene de las precipitaciones, las aguas subterráneas y las fuentes de agua superficiales, como ríos y lagos, y que los equipos mineros utilizan para las necesidades de los empleados, la composición de los procesos, el agua de los pozos y las minas subterráneas, el lavado de la flota y el agua para incendios; flujo conforme (agua sin contacto) cumple con las normativas medioambientales y puede liberarse sin tratamiento; y flujo no conforme (agua de contacto) resulta de la contaminación por la minería, el procesamiento de minerales, la gestión de residuos y los desechos mineros. Para optimizar la gestión del agua y mejorar la eficiencia en su uso, los equipos mineros recogen y reutilizan el flujo no conforme in situ en la medida de lo posible, y luego lo tratan mediante procesos de tratamiento de agua y aguas residuales.
Sin una disponibilidad adecuada de agua, la extracción de minerales es imposible. El acceso a agua suficiente garantiza un uso seguro y eficiente de la maquinaria, reduce los riesgos relacionados con el agua y mejora la rentabilidad de los yacimientos, especialmente en regiones remotas o áridas que carecen de infraestructura.
Retos de la gestión del agua
Los retos del suministro de agua para las operaciones mineras varían según la región. En climas secos como el suroeste de Estados Unidos, el norte de Chile, el sur de Perú y el norte de África, la escasa disponibilidad de agua y la escasez de agua son problemas importantes. Estos déficits requieren una gestión eficiente del agua centrada en la conservación, el reciclaje y la reutilización del agua para optimizar su uso y mantener un suministro equilibrado. En regiones húmedas como Colombia, Indonesia y Nueva Caledonia, las inundaciones provocan derrames, erosión y fallos en las infraestructuras, lo que aumenta los costes operativos y ejerce presión sobre la gestión del agua de las minas. Las operaciones en climas fríos en Canadá, Rusia y Finlandia deben gestionar el agua procedente del deshielo de la nieve y el hielo, garantizando un drenaje y un flujo de agua adecuados sin dañar el medio ambiente ni las actividades mineras. El uso insostenible del agua provoca su contaminación, retos de sostenibilidad medioambiental y riesgos para la seguridad hídrica.
Incidentes notables como el vertido de cianuro de Baia Mare devastaron ecosistemas, provocaron costosos litigios medioambientales y dañaron la licencia social de la minería para operar. Cuando se rompió un embalse y se vertieron 100 000 toneladas de agua contaminada con cianuro en los ríos Someş, Tisza y Danubio, el vertido acabó con hasta el 80 % de la vida acuática y contaminó el agua potable de más de 2,5 millones de personas. Esto pone de relieve la necesidad de que cada mina adopte un enfoque holístico e integrado de la gestión del agua para cumplir con normativas más estrictas y evitar costosas interrupciones.
Métodos para mejorar la eficiencia en el uso del agua
A medida que aumentaba la presión para mejorar la eficiencia en el uso del agua y reducir el impacto medioambiental de la minería, las empresas mineras desarrollaron varios métodos y tecnologías para optimizar el uso del agua, reducir los costes y mantener el cumplimiento de los requisitos normativos. Estos enfoques incluyen la limitación del consumo de agua en las operaciones mineras, el uso de fuentes alternativas como el agua de mar cuando es posible, el tratamiento del agua de la minería para su reutilización mediante procesos como la ósmosis inversa y la protección de la calidad del agua vertida para cumplir con la normativa local.
Es esencial contar con métodos eficaces para garantizar la disponibilidad de agua y evitar el uso excesivo de productos químicos que puedan suponer un riesgo para el cumplimiento de la normativa medioambiental. Es habitual capturar el flujo no conforme para su reutilización y tratamiento a través de presas de residuos, pero el alto pH y la salinidad suelen provocar el crecimiento de algas, lo que obstruye los filtros y ralentiza la reutilización del agua. Aunque el sulfato de cobre puede controlar la proliferación de algas, supone un riesgo para el medio ambiente y puede no cumplir con las normas reglamentarias. La eliminación manual requiere mucha mano de obra, es costosa y aumenta las interrupciones operativas y los altos costes.
Solución sostenible
Los productos químicos no son una solución sostenible para la industria minera, ya que ponen en riesgo el cumplimiento de las normas medioambientales y aumentan los costes operativos. En LG Sonic, hemos desarrollado MPC-Buoy, una solución innovadora y ecológica para controlar el crecimiento de algas y mejorar la gestión del agua en la minería. La tecnología de ultrasonidos de LG Sonic actúa sobre las algas sin dañar otras formas de vida acuática ni liberar toxinas algales. Mediante la monitorización de la calidad del agua en tiempo real, previene la proliferación de algas, conservando el agua y reduciendo los costes. De eficacia probada en Vale (Brasil) y Masbate Gold Project (Filipinas), esta tecnología favorece la minería sostenible al minimizar la presión sobre los recursos hídricos y ayudar a mantener el cumplimiento de la normativa medioambiental en la gestión del agua de las minas.