Contaminación del agua – Tipos, fuentes, efectos, soluciones

El acceso a agua limpia y segura es un derecho humano fundamental. Sin embargo, muchas comunidades se enfrentan al desafío de la falta de agua, lo que conlleva graves riesgos para la salud, impactos medioambientales y consecuencias económicas. Según estudios de las Naciones Unidas, hasta 1 de cada 4 personas no tiene acceso a agua potable.

De la población que no tiene acceso a agua potable, un porcentaje significativo recurre al uso de aguas insalubres. Cuando se considera que el agua no es potable, esto se debe a la presencia de contaminación, la cual puede deberse a variedad fuentes, como los residuos industriales y agrícolas, la mezcla con aguas residuales y fenómenos naturales como huracanes e inundaciones. Su presencia puede volver al agua insegura para beber, cocinar y bañarse, y causar graves problemas de salud a quienes la consumen.

En este artículo profundizaremos acerca de las causas y tipos de contaminación del agua y sus efectos en la salud pública, la economía, el medio ambiente y las comunidades. También exploraremos las posibles soluciones y las mejores prácticas para prevenir y mitigar la contaminación del agua, de modo que todo el mundo pueda tener acceso a agua limpia y segura.

Tipos de contaminación del agua

Las principales formas que adoptan los contaminantes son:

  1. Contaminantes físicos: se trata de partículas sólidas suspendidas en el agua, las cuales pueden afectar su claridad, color y aspecto general. Estos contaminantes pueden provenir de fenómenos naturales como las tormentas y la erosión, o a actividades humanas como la construcción y la urbanización. Estas partículas incluyen sedimentos, polvo y otros sólidos en suspensión.
  2. Contaminantes químicos: sustancias que no se encuentran de forma natural en el agua y que pueden tener efectos nocivos para la salud humana y el medio ambiente. Entre ellas se incluyen productos químicos tóxicos, pesticidas, fertilizantes, metales pesados, sales y minerales. Algunos de estos contaminantes pueden producir graves efectos graves para la salud como el cáncer, defectos congénitos y daños neurológicos. Además, pueden dañar la vida acuática y la fauna silvestre, y afectar a la calidad del agua para actividades recreativas como la pesca y la natación.
  3. Contaminantes biológicos: materia de origen orgánico, viva o no. Los organismos vivos como las bacterias, virus, algas, hongos y parásitos pueden encontrarse presentes en fuentes de agua que hayan estado en contacto con desechos animales o humanos. Estos contaminantes pueden causar graves problemas de salud, como enfermedades gastrointestinales, infecciones cutáneas y enfermedades respiratorias.
  4. Contaminantes radiológicos: elementos e isótopos radiactivos que pueden ingresar a las fuentes de agua provenientes de accidentes nucleares, la minería y otras fuentes. Estos contaminantes pueden producir cáncer, malformaciones congénitas y otros problemas de salud si se ingieren o absorben a través de la piel.
  5. Subproductos de desinfección: sustancias químicas que se forman como resultado del proceso de desinfección utilizado para tratar el agua potable. Estas sustancias químicas pueden tener efectos negativos para la salud como cáncer, defectos o malformaciones congénitas y problemas reproductivos. Aunque técnicamente son una forma de contaminantes químicos, se los clasifica en una categoría aparte debido a su origen único.

Fuentes de la contaminación del agua

Las principales fuentes de la contaminación del agua se deben a aquellas actividades humanas que producen contaminación, pero también pueden intervenir fenómenos naturales. Algunas fuentes importantes de contaminación del agua son:

  1. Actividades agrícolas: El uso de plaguicidas y fertilizantes, como así también los fallos en la gestión de los residuos animales pueden contaminar el agua por escorrentía y lixiviación. Cuando el agua de lluvia cae sobre campos tratados con pesticidas y fertilizantes, puede arrastrar estas sustancias químicas a los arroyos, ríos y acuíferos cercanos. Igualmente, los residuos animales de los cebaderos o feed lots y granjas pueden contener bacterias, virus y parásitos que pueden contaminar las fuentes de agua si no se gestionan adecuadamente.
  2. Residuos industriales: Las industrias generan diversos productos químicos y metales pesados como subproductos de sus operaciones. Si estos materiales no se eliminan o almacenan adecuadamente, pueden filtrarse a las fuentes de agua cercanas, contaminándolas. Las fugas de los tanques de almacenamiento subterráneos, como aquellos utilizados para almacenar gasolina y petróleo, también pueden contribuir a la contaminación de las aguas subterráneas.
  3. Aguas residuales o sépticas: Los residuos humanos, así como los procedentes de la industria y la agricultura, pueden ingresar en las fuentes de agua a través de los vertidos de las plantas de tratamiento de aguas residuales y los sistemas sépticos. Las aguas residuales mal tratadas pueden contener una amplia gama de contaminantes, como bacterias, virus y sustancias químicas, que pueden suponer un riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
  4. Eventos naturales: Las tormentas, terremotos y erupciones volcánicas también pueden producir contaminación del agua. Algunos de estos sucesos se ven acentuados indirectamente por la acción humana, como el aumento de la intensidad de las tormentas debido al cambio climático o los corrimientos de tierra provocados no sólo por la lluvia sino también por un uso inadecuado del suelo. Otros de estos fenómenos naturales son más o menos ajenos a la actividad humana, como es el caso de las erupciones volcánicas y terremotos. Estos fenómenos pueden alterar las fuentes de agua, provocando la escorrentía de sedimentos y la contaminación por sustancias químicas, metales pesados y otros contaminantes. También pueden causar daños físicos a las instalaciones de tratamiento del agua, dificultando su correcto tratamiento para un uso seguro.
  5. La minería: El proceso de extracción de minerales y metales de la tierra suele ser intensivo, consume grandes cantidades de agua y libera muchos subproductos potencialmente tóxicos que también pueden contribuir a la contaminación del agua. Durante el proceso de extracción pueden liberarse metales pesados y otros contaminantes en las fuentes de agua cercanas, lo que supone un riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
  6. Urbanización: A medida que las zonas urbanas se expanden a través de la construcción y desarrollos inmobiliarios, pueden provocar la escorrentía de sedimentos, los cuales pueden transportar productos químicos, metales pesados y otros contaminantes a las fuentes de agua cercanas. Además, el mayor uso de productos de limpieza doméstica y artículos de cuidado personal en las zonas urbanas puede aumentar los niveles de contaminación química del agua.

Efectos de los contaminantes más comunes del agua

Todos los contaminantes del agua afectan negativamente a la actividad humana, así como al resto de la biosfera. Los riesgos para la salud son especialmente preocupantes, ya que algunos contaminantes pueden plantear graves riesgos para la salud, como enfermedades, dolencias e incluso la muerte. Contaminantes como las bacterias y los virus pueden provocar brotes de enfermedades, mientras que las sustancias y los productos químicos pesados pueden ocasionar un deterioro a largo plazo de la salud humana y defectos congénitos que sólo se advierten cuando ya es demasiado tarde.

Los contaminantes también pueden tener efectos negativos en la salud de los ecosistemas, como matar la vida acuática y dañar la fauna. Por ejemplo, se ha observado que los micro plásticos que se encuentran tanto en el agua dulce como en el agua de mar afectan al desarrollo y al comportamiento tanto del plancton como de los peces. La proliferación de algas causada por la escorrentía agrícola puede diezmar lagos enteros, y estas algas pueden producir toxinas que luego amenazan a los seres humanos.

El agua contaminada puede afectar al sabor, olor y aspecto del agua con la que entre en contacto, haciéndola desagradable para beber, cocinar y bañarse, lo que conlleva una disminución de la calidad de vida. Ello supone además una mayor carga para los sistemas de salud, requiere tratamientos más caros y puede afectar a actividades económicas como la agricultura y el turismo acuático. Esto puede conducir a un círculo vicioso, en el que las personas que pueden permitírselo deciden abandonar las comunidades afectadas, lo que provoca más daños económicos y sociales, con lo que la comunidad tiene aún menos posibilidades de hacer frente a la contaminación.

Sin embargo, algunos contaminantes especialmente comunes y dignos de mención son:

  1. Cloro: un desinfectante común utilizado para tratar el agua potable, pero también puede formar subproductos nocivos, como los trihalometanos (THM), que suponen un riesgo para la salud humana. La exposición crónica a los THM se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer y otros problemas de salud.
  2. Arsénico: un elemento natural que puede encontrarse en las aguas subterráneas, especialmente en zonas con altos niveles de actividad volcánica. El arsénico es tóxico y puede causar lesiones cutáneas, cáncer y otros problemas de salud.
  3. Plomo: un metal tóxico que puede ingresar a las fuentes de agua a través de sistemas de fontanería anticuados y tuberías de servicio de plomo. La exposición crónica al plomo puede causar problemas de desarrollo en los niños y provocar enfermedades cardiovasculares, problemas renales y otros problemas de salud en los adultos.
  4. Mercurio: otro metal tóxico que puede ingresar a las fuentes de agua a través de los residuos industriales, las centrales eléctricas de carbón y otras fuentes. La exposición crónica al mercurio puede causar problemas neurológicos como la enfermedad de Minamata y otros problemas de salud.
  5. Bacterias coliformes: son utilizadas habitualmente como indicadores de la contaminación del agua. Su presencia puede indicar la presencia de otros patógenos nocivos y ocasionar problemas estomacales e intestinales.
  6. Nitratos: se encuentra comúnmente en las escorrentías agrícolas y puede causar una afección congénita llamada síndrome del bebé azul, que puede ser mortal para los bebés.
  7. Pesticidas: al igual que los nitratos, pueden ingresar a las fuentes de agua a través de la escorrentía y la lixiviación de los campos agrícolas. La exposición crónica a los plaguicidas se ha relacionado con diversos problemas de salud, como cáncer, malformaciones congénitas y alteraciones endocrinas.

Soluciones para la contaminación del agua

Existen muchas formas de hacer frente a la contaminación del agua, las cuales no deben considerarse opciones excluyentes sino elementos complementarios que pueden y deben utilizarse en un enfoque holístico e integrado para garantizar el bienestar tanto de los seres humanos como del medio ambiente.

La primera línea de defensa se encuentra en las políticas, normativas y la regulación. Estableciendo normas sobre la calidad del agua, financiando programas de tratamiento y protección y aplicando sanciones a los infractores, los responsables políticos pueden minimizar la contaminación del agua y ofrecer alivio, alternativas y soluciones a las comunidades afectadas.

Las medidas de protección de las fuentes de agua, como la mejora de las prácticas agrícolas para reducir la escorrentía y la lixiviación, la eliminación adecuada de los residuos industriales y el mantenimiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales y los sistemas sépticos, pueden ayudar a evitar que la contaminación entre en las fuentes de agua en primer lugar, lo que las convierte en la siguiente medida más importante.

La educación pública acerca de la importancia de la calidad del agua, las fuentes de contaminación del agua y las medidas que pueden tomarse para prevenirla puede ayudar a concienciar y animar a las personas a tomar medidas para proteger su propia salud y la de sus comunidades. También puede hacer que las comunidades entablen diálogos con las distintas partes interesadas, facilitando la búsqueda y aplicación de compromisos y alternativas.

Cuando las medidas preventivas anteriores no consiguen detener la contaminación del agua, los procesos de tratamiento y filtración como la ósmosis inversa, la filtración con carbón activado y la desinfección ultravioleta pueden eliminar o reducir los niveles de diversos contaminantes en el agua potable, como sustancias químicas, metales pesados, bacterias y virus. Aunque suelen ser eficaces, estos procesos pueden ser energéticamente intensivos y caros, y sus propios subproductos pueden convertirse en contaminantes.

El monitoreo y análisis periódicos de las fuentes de agua pueden detectar la presencia de contaminantes y permitir la adopción de medidas oportunas para prevenir o reducir sus niveles, lo que permite tanto verificar la eficacia de la normativa vigente y de las medidas de protección de las fuentes como asignar eficazmente los recursos necesarios para el tratamiento del agua.

Por último, como solución temporal hasta que se aborde la contaminación o como solución permanente cuando la causa no tiene arreglo (como la presencia geológica de elevadas cantidades de arsénico en aguas subterráneas), el cambio a fuentes de agua alternativas, como las aguas superficiales o el agua de mar desalinizada, puede proporcionar una fuente de agua más segura y fiable en las zonas donde las fuentes están contaminadas.

El papel del control de algas por ultrasonidos

En este contexto, en el que los contaminantes son una causa constante de preocupación para la salud pública y el medio ambiente, y las soluciones suelen ser complejas, caras e incluso pueden acarrear enormes inconvenientes, como los subproductos del cloro, nuestra tecnología se convierte en una innovación clave. LG Sonic ya ha demostrado su capacidad para detener la proliferación de algas en contextos mineros con un coste mínimo y un daño medioambiental insignificante.

En el contexto de un planteamiento integrado de los contaminantes biológicos, combinado con una vigilancia de alerta temprana de las masas de agua propensas a la proliferación de algas, nuestra tecnología es capaz de detener rápidamente tales fenómenos, sin tener un impacto negativo en el ecosistema circundante. Incluso existe la posibilidad de ampliar esta tecnología a otros contaminantes biológicos como bacterias y parásitos, lo que podría aliviar la carga que supone el tratamiento del agua para muchas comunidades y garantizar un bienestar generalizado.

Conclusión

La contaminación del agua es un problema grave que afecta a la salud y el bienestar tanto de las personas como del medio ambiente. Con diversas fuentes de contaminación, tanto humanas como naturales, es importante estar alerta y tomar medidas para prevenir y reducir los niveles de contaminantes en nuestras fuentes de agua. Desde el tratamiento y la filtración hasta la protección de las fuentes y la educación pública, hay muchas estrategias que pueden utilizarse para garantizar un agua potable segura y limpia para todos.

En última instancia, proteger nuestras fuentes de agua no es sólo salvaguardar nuestra salud, sino también preservar la calidad de vida de las generaciones futuras. Trabajando juntos y adoptando un enfoque global, podemos superar los retos que plantea la contaminación del agua y garantizar un futuro seguro y saludable para todos.